Hola ola. Hola otra vez.
Lo que te voy a contar solo me llevó aprenderlo 40 años de muchos errores y pocos aciertos. Cuando veas cómo aplico todos estos años de investigación y experiencia en influencia tus neuronas van a hacer ¡buum! Después ya verás tú qué hacer con ello, pero lo vas a disfrutar. Se va a activar tu amígdala… ¡BUUM!
Si no sabes todavía si seguir leyendo o no, te cuento algo para ayudarte en la decisión.
Escucha.
Toda mi vida profesional he sido directivo y empresario y como ya te he dicho y habrás percibido en mis libros, cursos y conferencias soy consejero de empresarios (a esos que ahora, en la era gilipollocéntrica, les llaman CEO) y directivos de la alta dirección (lo que ahora los gilipollocéntricos más avezados llaman los C-level) y después de ganarme su confianza y de crear una relación íntima de esas en las que se puede prescindir de los adornos de la corrección político-socio-emocional, todos. Sin excepciones. Todos quieren lo mismo. Sí.
Te lo cuento con una conversación real con un empresario que cuando lo escuches entenderás que no identifique… No.
¡Ah!, es que además yo nunca identifico a mis clientes de consultoría. Nunca verás referencias en nada de lo que yo haga como consejero. Nunca lo he hecho y nunca lo haré.
Yo no trabajo con expertos en reiky (o como diablos se escriba eso), maestros de la biomodulación emocional (lo que puñetas sea eso) o con emprendedores que están empezando (esto sí sé cómo se escribe y hasta tengo una idea experiencial de qué es). Todo el respeto para ellos, pero esos no son mis clientes. No.
Mis clientes de consultoría son los que ya tienen la pasta o ya tienen el poder o los que ya tienen la pasta y el poder. Estos son los que más me ponen, la verdad. Sí.
Llámame tonto, pero es que he aprendido que a los que tienen la pasta y el poder les puedo cobrar más y por si esto fuera poco (que no lo es) aprendo más con ellos. Más pasta y más aprendizaje (por ese orden, que en comunicación el orden de los factores altera el resultado) a mí me pone mucho la verdad. Es lo que hay. Sí.
Y de esos no se dicen los nombres.
Parece que es una práctica habitual entre los guruses del mundo digital el tú di que yo soy la leche que después yo digo que tú eres el arroz. Cuando me enteré me quedé ojiplático. No se les nota nada que lo hacen… Hay que ser Hercules Poirot para darse cuenta. O visitar las web de ambos.
Bueno, esos no son mis clientes. No.
No quiere decir que todos mis clientes de consultoría sean VIP (aunque todos sean very importantes people para mí, alguno haya sido nombrado en Consejo de Ministros y algunos se sienten en el Comité de dirección de sus IBEX), pero sí que todos lideran proyectos consolidados, con cientos o miles de trabajadores, con clientes reconocidos y reconocibles y que tienen una posición y una imagen en sus mercados y con una competencia a la que no tienen por qué encender antorchas iluminando sus estrategias.
De hecho, yo no se lo aconsejo. ¿Por qué leches van a darles a sus competidores la información de que se están currando sus estrategias conmigo o con quién sea? Eso es darles una información que solo beneficiaría a sus competidores y a mí, no a ellos.
Y yo puedo ser un maldito neoburgués y neocapitalista, que lo soy, pero no soy un neocabrón y mucho menos con mis clientes. NUNCA HE PERDIDO UN CLIENTE DE CONSULTORÍA. JAMÁS DE LOS JAMASES y eso es porque yo por mi cliente MA-TO.
No les beneficia que hablen de mí, les perjudica, así que ajo y agua. Es lo que hay. Sí.
Bueno a lo que voy.
Lo que quería contarte es lo que me dijo una vez un cliente de los super VIP sobre lo que quieren todos los empresarios y directivos y que aplica a cualquier sector de actividad de cualquier parte del mundo y del extranjero. Sí.
“Me joden mucho los directivos (se refería a los de su comité de perdición) a los que les tengo que recordar que lo que ponemos en la web es para vendernos, no las puñeteras tablas de la ley. Cada vez que alguno me dice que eso que vamos a hacer no está alineado con nuestros valores me dan ganas de soltarle una hostia a ver si despierta y se hace mayor… ¡ESTAMOS AQUÍ PARA VENDER, HOSTIA!”.
Sí. A mí también me pareció un poco redundante. Podría haber dicho una bofetada y un hostia o una hostia y una leche, pero ese día parece que estaba monotérmino.
En todo caso, tranquilo. Solo se estaba desahogando. Que yo sepa nunca agredió a nadie. Solo se estaba desahogando con alguien de confianza. Nada más.
¿Incoherente? ¿Falso? ¿Desequilibrado? ¿Un empresaurio en vías de extinción? ¿Realista?
Si la voz de nuestra conciencia hablara no sé si habría alguien que pudiera tirar la primera piedra sobre pensamientos similares y mucho peores.
Claro que lo importante en la vida no es lo que se piensa, sino lo que se hace. Porque lo que se piensa puede quedar a buen resguardo, pero lo que se hace no solo afecta a nuestro diálogo interior, a nuestro autoconcepto y a nuestra conciencia, sino que también afecta a la vida de los demás. Sí.
No es lo mismo pensar que la vecina (o vecino o vecine, según los gustos) del piso de arriba está para untarla/o/e en mantequilla (el aceite está fuera del alcance de la mayoría) y mojar pan que llamar a su puerta y proponérselo.
¡Ja!
Lo segundo acarrea muchas más consecuencias. Buenas y malas. Agradables y desagradables. Satisfactorias e insatisfactorias. La diferencia siempre está en lo que sacamos hacia el exterior diciendo o haciendo. No en lo que pensamos. No.
Escucha.
Vender es lo que queremos todos. Vender la leche es lo que soñamos todos. Vender la leche es lo que hizo, hace y hará a Apple, Zara, Tesla y a los Rolling Stones sexis (solo son sexis porque venden la leche) y eso es lo que queremos todos. Vender la leche.
Es lo que queremos todos y eso es desiempre, essiempre y es parasiempre. Sí.
Fíjate si esto es una verdad inmutable que Kodak, Olivetti, Nokia y tantas otras fueron supersexis cuando vendían la leche y pasaron a ser las parias de sus mercados cuando se dieron la hostia (en las ventas, claro).
Imagínate que conoces a alguien y te dice que trabaja en Olivettí. ¿Cuál es tu reacción?
¿Pero eso existe?
Pareces majo ¿buscas trabajo?
Pues en algún momento fue supercool trabajar en Olivetti. Bueno entonces era superguay que lo cool todavía no se había inventado.
Ahora das pena.
Bueno hay algo todavía mejor que vender la leche.
Que nos compren la hostia es todavía mejor. Vender está guay. Genera endorfinas. Es un baile de seducción y eso rejuvenece, pero que nos compren la hostia eso ya es el nivel dios (en minúscula para que nadie se ofenda), que eso es lo que logran las grandes marcas.
Vender la leche está fenomenal porque eso mejora la cuenta corriente, pero lograr que nos compren la hostia es muchisísímo mejor porque eso además de rejuvenecer el espíritu mejora el cutis. Sí.
Y el problema comienza siempre por la misma pregunta que le hago a mis clientes. “¿Por qué alguien debería comprarte la hostia a ti?”.
Las respuestas dan pena. De verdad, dan ganas de llorar. Sí.
Hoy es normal que las personas hablen mucho y que no digan nada. Bueno eso desde que el mundo es mundo, pero ahora más porque estamos en la era gilipollocéntrica y todo el mundo está acojonado con eso de los haters y los soplagaitas de toda la vida que parece que se lo tomaron al pie de la letra y crecieron y se multiplicaron los jodidos.
Los directivos y empresarios, la tengan lo grande que la tengan (la cuenta corriente), no son excepción. La mayor parte del tiempo hablan mucho sobre sus empresas, sus proyectos y sus productos, pero no dicen nada porque están pensando en quién se puede molestar por lo que les gustaría decir para diferenciarse o porque no saben qué decir. Bla, bla, bla… ¿qué ha dicho? Nada. Pues eso. Sí.
Te juro por Snoopy que cada mes le digo a alguien, “¿Cómo hostias quieres que tus clientes te diferencien de tu competencia si dices y haces exactamente lo mismo que dicen y hacen ellos?”.
Algunos clientes pueden ser listos, pero telépatas… No.
Me acabo de dar cuenta de que ni siquiera sé si Snoopy sigue en el candelabro… ¡Otro que dejó de vender! ¡Pobre!
He conocido alguno nivel TOP de la gilipollocentricidad que me respondió que no, que ellos realmente eran diferentes y que incluso lo ponían en su web… porque su misión, su visión y sus valores… Cuando empiezo a escuchar esas memeces ya empiezo a amartillar mi Magnum 45…
Es increíble, pero cierto. La mayoría de los empresarios no saben dar una razón ni mínimamente inteligente ni lejanamente interesante ni ínfimamente creativa a porqué habría que comprarles a ellos. Creen que los eslóganes comprados de otras marcas al estilo del “por que yo lo valgo” son suficientes y que por atreverse a decir esas gilipolleces sin ruborizarse ya son originales. Es una pena. Es lo que hay. Sí.
Vale. ¿Cómo te voy a ayudar?
Te voy a ayudar enseñándote a diferenciarte de todos tus competidores y a leer la mente de ese no cliente que nunca te compra y de todos los no clientes que pululan en su rededor o por su alrededor o en su roedor. Sí.
¿Recuerdas la película ¿En qué piensan las mujeres? Protagonizada por Mel Gibson y Helen Hunt? Pues lo mismo, pero sin tener que electrocutarte en la bañera y sobre todo sin tener que depilarte. No.
Fíjate si estamos en la era gilipollocéntrica que ahora que hay tías que inteligentemente deciden que pasan de torturarse arrancándose los pelos, comienzan algunos tíos (los early adopters esos) a hacerlo. Para hacerse pez payaso y no salir de la anémona. Sí.
Voy a hacer contigo lo mismo que Helen hizo con Mel. Te comunicaré con la mente de esos clientes que no te compran (y también con los que te compran para que sigan haciéndolo y se conviertan en tus embajadores) para que estos sientan y digan (ellos, no tú) que eres diferente a tu competencia.
- La diferenciación es lo que le dio su posición a Apple.
- La diferenciación es lo que le dio su lugar a Zara.
- La diferenciación es lo que le dio su sitio a Tesla.
- La diferenciación es lo que le dio un hueco en la historia a los Rolling Stones.
Y esto no versa solo para las empresas.
- La diferenciación es lo que le dio a Marc Vidal su reconocimiento.
- La diferenciación es lo que le dio a Emilio Duró su fama.
- La diferenciación es lo que le dio su oportunidad a Victor Kuppers.
Los autónomos y los profesionales también existimos o no por nuestra capacidad para diferenciarnos. Te diferencias: existes. No te diferencias: eres indiferente.
La diferenciación es el primer paso para existir. Es condición sine que non, porque si no te diferencias no es que seas uno más, es que no existes.
Te enseñaré qué necesitas para diferenciarte y cómo diseñar diferentes estrategias de diferenciación para hacerte un mejor vendedor de tu persona (que es lo primero), de tus ideas (que es lo siguiente) y de tus proyectos y productos que es lo que te mejorará el cutis y antes la cartera.
¿Cómo lo voy a hacer?
Cada mes te enviaré una carta. A las cartas las vamos a llamar Cartas bomba. Cada carta tiene como objetivo explotar una parte de tu organización o una de tus redes neuronales. Sí.
Bueno, a lo que iba. Sí, una carta. Si no sabes qué es ve a la Wikipedia o pregúntale a alguno de esos que hicieron E.G.B. que alguno aún recordará el concepto. Tampoco muchos ¿eh? No.
La carta será en papel (eso que metes en la impresora) y te la enviaré en un sobre (eso en lo que antes te enviaban los de Repsol las facturas y que ahora ya se ahorran también). Sí.
Y en cada carta te hablaré de un tema que te explicará pues justamente eso, por qué hostias no te compra quien no te compra y por qué hostias te compra quien te compra. Y eso te dediques a lo que te dediques y tenga el tamaño que tenga (me refiero a tu empresa) porque son cosas que aplican a Apple, a Zara, a Tesla y a los Rolling Stones. Aplica a todo dios. Es decir, te hablaré sobre ventas y marketing y del comportamiento de los seres humanos y mucho de comunicación para la diferenciación porque ese es el denominador común de todo lo demás.
Te hablaré mucho de persuasión, manipulación, influencia, autoridad, liderazgo (del de verdad no del de las tapas de Nocilla), de motivación, de dolores, de posicionamiento y sobre todo de diferenciación. Sí. Mucha diferenciación de la buena. Eso sí.
Además, lo haré sin callarme nada para ser políticamiente correcto. Todo lo haré con honestidad descarnada. En realidad, las Cartas bomba me van a dar bastantes dolores de cabeza que espero se vean razonablemente aliviados con ibuprofeuros y paracetameuros en sus dosis convenientes. Sí.
Te voy a contar tantas cosas que tendrás que desaprender la tabla de multiplicar del 6, la del 7, la del 8 y la del 9 (las otras no) porque como sabes, el saber ocupa su lugar, salvo que seas un ververecho que en ese caso no.
Como sabes los ibuprofeuros y los paracetameuros de 1 gr no entran en la Seguridad Social, así que antes de que te enseñe nada más (por que si has estado atento ya havrás aprendido mucho) vas a tener que darte de alta en mí suscripción mensual.
Aquí es cuando te haces mi alumno que ese es otro nivel de relación. Sí.
Yo soy un neocapitalista plano y simple sin grandes aspiraciones. Yo esto no lo hago para cambiar el mundo, ni por lo bien que me encuentro cuando siento que te estoy ayudando a desarrollar todo tu potencial. Casi que prefiero desarrollar el mío la verdad.
No te molestes, pero en realidad, no te conozco. No sé si eres un buen tío, o tía, o tie o si eres un homosaurio o un perroflauta o un heiter. Y, además, me da bastante lo mismo. Yo hago esto por mí y para mí y por eso mismo lo hago bien no, lo hago bien de cojones (o de ovarios, según el caso de quien lo valore). Sí.
Lo has pillado chico listo. Una carta al mes. Sí. Te dije que te iba a sorprender. Sí. También te dije que solo con esta propuesta ibas a aprender mucho y a estas alturas, si has estado atento ya habrás aprendido mucho sobre la importancia de la diferenciación y de cómo hacerlo a través del mensaje, del empaquetado y de la entrega del producto. ¡Buum!
En alguna de las cartas te explicaré con detalle lo aplicado tanto en esta comunicación como en el diseño del producto, pero eso ya será cuando te hayas tomado la pastilla roja. Sí.
Te enseñaré a diferenciarte para que tu no cliente deje de ignorarte y que comience a odiarte o a amarte, pero que comiences a existir para él. Dependiendo del sector te enseñaré cómo presentar tus productos y servicios para que se vendan solos (esto es un decir porque nada se vende solo. Lo que quiero decir es que los vendas sin tener que estar persiguiendo tú al cliente y que te llame él a ti). Sí.
Te enseñaré a diferenciarte de verdad a través de tu web, a crear mensajes y a presentar presupuestos que sirvan para algo más que para ir a la última fila a leer el precio (iba a poner para limpiarse el culo, pero me pareció un poco escatológico así que no lo pongo).
Te enseñaré a contar historias que llamen a la acción dentro de la empresa y fuera de ella.
Te enseñaré cómo debe ser la comunicación interna y externa para posicionar tu marca.
Te enseñaré cómo incrementar tu influencia y también sobre liderazgo (del de verdad, no el de las tapas de Nocilla) y muchas más cosas de las que en este momento no tengo NPI, pero que aparecerán en el camino. Seguro. Sí.
Te voy a enseñar tantas cosas que cada mes esperarás tu carta como si te la escribiera tu novia (o novio, o novie, según los gustos) cuando estabas haciendo la mili en los Regulares de Melilla. La Carta bomba se va a convertir en tu ilusión de todos los meses (no como la mierda esa que te enviaban los de Repsol). Sí.
Eso sí. Por correo. Sin caballo. No.
Escucha un momento. Quiero que te des de alta con toda la información. Déjame aclararte los compromisos de las Cartas bomba.
Material del producto
Papel. Paper. Papier. Papera.
Usuario tipo de las Cartas bomba
Mi actividad diaria de consultoría se centra en empresas con una facturación superior a los 3 mills de euros y con más de 50 trabajadores en nómina. El producto está diseñado para los propietarios y equipos directivos de este tipo de organizaciones.
⏤¿Quiere esto decir que si tengo menos de 50 trabajadores o soy un autónomo las Cartas bomba no son para mí?
No están pensadas para ti. Una cosa es la diferenciación de un autónomo o de una pequeña empresa con pocos clientes que son dueños y señores de sus actos y otra una empresa con clientes importantes, un número de trabajadores ya relevante y una imagen en el mercado que no le permite hacer según qué cosas.
Desde el respeto. Una cosa es la diferenciación de alguien que no tiene mucho que perder y otra bien diferente la de quien ya tiene una posición en el mercado que no se puede permitir según qué fricadas.
¿Existe la posibilidad de enviarlo en formato digital?
No.
⏤Pero es que a mí me gusta más en digital así lo leo en el ebook y además no contaminamos.
Sí. Es una putada lo del cambio climático, pero tengo muy buenos amigos en Correos que, aunque algunos parece que se la quieran cargar, ellos quieren seguir con su curro así que te la voy a enviar en papel. En todo caso, vamos a minimizar el impacto y ya que te preocupa tanto me comprometo a que el papel sea 100% reciclado. Esta es una suscripción para tocar con los dígitos. No te lo voy a enviar en ningún tipo de formato digital. No.
⏤ Me gusta lo que me propones, pero es que por muchos motivos para mí es determinante para suscribirme el que sea en formato digital.
No. Piensa en a cuántos boletines y newsletters estás suscrito y cuántos lees. Esta suscripción está diseñada para que se lea y que tenga un impacto en la operativa diaria de quien la lea y por eso voy a hacer todo lo que esté en mi mano para que no sea una suscripción más de esas que si se lee bien y si no también.
La decisión de suscribirte o no es tuya. La mía es cómo diseño y entrego el producto y no lo voy a enviar en formato digital.
Cómo se envían las Cartas bomba
Te lo acabo de decir. Por correo postal a través de Correos que funciona que te cagas. Se enviarán por correo certificado con localizador para que puedas rastrearla cuando salga. Sí.
Extensión de las Cartas bomba
Depende del tema del mes, de la inspiración, del precio del papel 100% reciclado en el mercado de valores de Amsterdam que me acabas de colocar, pero estarán entre las 10 y las 20 páginas. La idea es que te las leas en una tarde del mes en el que te la envío y que después lo puedas aplicar el resto de tu vida. Sí.
Para que te hagas una idea muy aproximada, la extensión de esta carta está diseñada como si fuera una primera Carta bomba ¿Lo has pillado? Espero que sí.
¿El estilo de redacción de las Cartas bomba va a ser tan “virtuoso” como el de esta página?
Sí. El autor te va a dar su opinión y experiencias sin filtro ni anestesia. Nada de quedabien. Ha ido a terapia para ser capaz de escupir su experiencia y su verdad con honestidad descarnada y para eso va a necesitar reconectar con su pasado barriobajero, poligonero y mamporrero (bueno esto es todavía una asignatura pendiente, pero la rima era irresistible).
Lo que pone en las cartas es parte de la experiencia real en la vida real. Ninguna carta está basada en las experiencias de Alicia en el país de las maravillas, ni en el Mago de Oz. Si quieres seguir inspirándote en la literatura de fantasía para tu estrategia empresarial, sigue leyendo LinkedIn. Las Cartas bomba son consecuencia de experiencias reales de empresarios y directivos reales, no del concurso al mejor capellán de la historia de internet en la que se ha convertido la comunicación en las redes sociales.
Todos somos buenos. Leyendo LinkedIn no ha nacido ni un cabrón bajo el sol. Solo hay que querer a la gente con suficiente intensidad para que aparezca su bondad y en paralelo crezca de forma exponencial la cuenta de resultados de tu empresa.
El estilo de escritura no solo pretende que entiendas, sino también entretenerte un poco que para aburrido ya tienes el resto del mundo y encorajinarte para que asumas el riesgo de ir junto a tu vecina/o/e a informarle sobre las desconocidas posibilidades de la mantequilla en un momento de incremento disparatado del precio del aceite. O sea, que te empuje a la acción. Sí.
Cuánto valen las Cartas bomba
El valor dependerá de lo que hagas con el conocimiento que te voy a trasladar. Cualquiera de las cartas tendrá un fuerte impacto y mucho valor económico asociado si lo llevas a la práctica (que es de lo que me preocupo mucho que hagan mis clientes) y poco si no haces nada con ello. Digo poco y no nada porque siempre está el placebo del conocimiento. Me refiero a la tendencia que tenemos todos los empresarios y directivos a coleccionar conocimiento, cursos y libros con el que no hacemos A-B-S-O-L-U-T-A-M-E-N-T-E__N-A-D-A. No obstante, eso también pretendo curártelo en una de las cartas. En una o en las que hagan falta. Sí.
En todo caso, los precios de las suscripciones serán como sigue:
- El precio de las primeras 100 altas será de 45€/mes. Una vez lleguemos a las 100 suscripciones este párrafo desaparecerá, más que nada para no tocar las gónadas al que se acerque por aquí.
- De la suscripción número 101 a la 1500 el precio será de 65€/mes. Idem al anterior. Una vez lleguemos a los 1500 suscriptores desaparecerá este párrafo de esta página.
- A partir de la suscripción 1501 serán 95€/mes. Aquí es cuando, además de eliminar el párrafo anterior, me hago happy flower, veo el mundo de colores y comienzo a escribir sobre la felicidad en el trabajo, del poder del ahora, de que los sueños se cumplen y quizá también del si quieres puedes (bueno aquí a lo mejor me he pasado). ¡Ja!
Los precios incluyen los impuestos y el envío postal a cualquier lugar del mundo al que lleguen las cartas que repartan mis amigos de Correos. Sí.
¿Me conviene esperar al Black Friday, a la Semana fantástica, al día sin IVA o a que hagas alguna promoción?
No.
No habrá ninguna promoción. Nunca. No. Los precios solo van a subir según el escalado anterior. Nunca van a bajar. No. En esto soy un intolerante talibán inflexible. En los mercados B2C los precios los bajan los caguetas y los que no saben de ventas, ni de marketing, ni de lo que la diferenciación provoca en el comportamiento de los seres humanos.
En los mercados B2B, cuando estamos hablando de relaciones entre corporaciones en el aprovisionamiento de grandes volúmenes no voy a ser tan inexperto ni tan necio como para defender que el precio no pueda ser un factor determinante en muchos casos, pero en mercados B2C lo reconozco: soy un talibán… el que baja precios es porque no sabe ni de ventas, ni de marketing, ni de lo que la diferenciación provoca en el comportamiento de los seres humanos… No.
Bueno, tú haz lo que quieras. Yo te doy más información.
Envío y pago
El último día de cada mes a los 23:59h se cerrarán las nuevas suscripciones a Cartas bomba. El día siguiente, es decir el día 1, se envían a la imprenta.
El primer mes que te das de alta el cargo se te hará en el mismo momento en el que te suscribas y no recibes la carta de ese mes, sino la del siguiente. Ejemplo: si te suscribes el 4 de marzo el cargo se te hará en ese mismo día y a mediados del mes siguiente recibirás la carta del mes de abril, no la de marzo.
El segundo mes de suscripción y sucesivos el cargo se te hará siempre el día 1 de cada mes. Siguiendo el ejemplo, el siguiente cargo sería el 1 de mayo y recibirás la carta del mismo mes.
A ti te llegarán las cartas por correo postal antes del día 15 del mes, si vives en España. En el resto de los países no lo tengo todavía controlado, pero échale unos cinco días más en Europa y otros cinco más para otros destinos.
Los envíos se realizarán por correo certificado con localizador que te enviarán mis amigos de Correos cuando salga para que puedas rastrearla.
¿Al darme de alta tengo acceso a las cartas de los meses anteriores?
No. Cuando te das de alta recibes la carta de ese mes y sucesivas. No tienes acceso a las cartas que se hayan publicado previamente.
Es posible que en algún momento decida sacar a la venta cartas de meses anteriores, pero el precio de la carta siempre será superior al que tenga en ese momento la suscripción mensual. Palabra.
Es otro de los argumentos para que te des de alta lo antes posible. Cada mes que no te des de alta pierdes una carta… Es lo que hay. Este es el modelo. Cada mes recibes una carta. Sí.
¿Hay un servicio de soporte?
¿Soporte de qué? ¿De lectura de cartas? A ver. Hay un correo para incidencias por si por algún milagro mis colegas de Correos te pierden la carta o algo así, pero no hay soporte de nada porque no hay nada que soportar. No.
Me refiero a si después de leer una Carta bomba puedo enviarte preguntas para que me aclares conceptos.
¡Vaya, valla, baya! No. No va incluido un servicio de consultoría personalizada. No responderé ni a un puto correo. No.
En el momento de la redacción de este documento el precio de mis servicios de consultoría es de 300€/hora y 4.000€/jornada. En ambos casos más IVA y más los costes de desplazamiento en el caso de la jornada. Por la hora suelta desplazo el puntero de mi ratón hasta el icono de Zoom de mi ordenador. Y le hago doble click. Sí.
En todo caso, la tarde del tercer viernes de cada mes, de 17:00 a 19:00, tendremos una reunión en directo abierta para todos los suscriptores en la que podrás exponer todas tus dudas, inquietudes y esperanzas sobre el tema de la carta, no sobre el tema que sea que te apriete el zapato en ese momento. Tampoco será solo conmigo, sino con toda la comunidad suscrita a Cartas bomba que le pete estar presente en dicha sesión. Sí.
¿Cuándo se publica la primera carta?
La primera carta irá a imprenta el 1 de abril de 2024. Hasta entonces lo que te juegas es si estás entre los primeros 100 suscriptores, entre los primeros 1500, en los siguientes o si no estás. ¡Tú eliges! Afortunadamente para mí, a mí me da igual.
¿Cuándo me puedo dar de baja?
Cuando quieras. El proceso es automático. Le das al botón de baja de la aplicación web y ya está. Sí.
Eso sí. Cuando te des de baja nunca podrás volver a darte de alta. En la puta vida. Nunca más. Lo reconozco soy muy rencoroso. Es lo que hay. Sí.
Como ya te he dicho, nunca he perdido un cliente de consultoría y entiendo que con este servicio poder seguir diciendo lo mismo va a ser imposible así que a quien no sea capaz de valorar la experiencia, el contenido, el esfuerzo y sobre todo la aplicabilidad a la realidad empresarial que va en cada carta no se merece estar en esta suscripción, ni en mi vida. Es lo que hay. Sí.
¿Puedo llamarte o escribirte para aclarar algunas dudas?
No.
¿Es qué…?
Que no. Si después de todo lo que te he dicho tienes dudas para hacer la ultramegasuperinversión de tu vida de 45 eurazos por un mes, sabiendo que te puedes dar de baja al siguiente, me voy a comprar una soga que me apetece más…
¿Cuándo me puedo dar de alta?
¿De verdad me estás preguntando esto? ¡Qué paciencia Señor! Date prisa que sigue subiendo el precio del aceite y está afectando al de la mantequilla… y al del pan…
